El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, sufrió una nueva derrota diplomática con la más reciente resolución aprobada por la Organización de Estados Americano (OEA). Analistas y opositores opinan que ya no le quedan muchas oportunidades: se le está colocando una escalera para que se baje del poder negociando su salida o se quede bajo su consigna de “el poder o la muerte”.
El Consejo Permanente (CP) de la OEA aprobó con 26 votos a favor, 7 abstenciones y cero en contra, una resolución en la que llama, una vez más, al Estado de Nicaragua a poner en libertad de forma inmediata a los siete precandidatos presidenciales y a todos los presos políticos encarcelados, e insiste en que debe organizar unas elecciones libres con observación internacional.
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Para la analista política y opositora en el exilio Haydée Castillo, la resolución que se aprobó en el CP es “una derrota diplomática para el régimen” que pretende imponer la idea de que la OEA está interviniendo en la soberanía de Nicaragua al demandar, en reiteradas ocasiones, el retorno a la democracia y las libertades y que respete la Carta Democrática Interamericana, pero “hoy les quedó claro, según la explicación de embajadores y el contenido de la resolución, que el régimen tiene la responsabilidad de cumplir con los estándares que se les exige para ser parte de la OEA”.
Castillo califica como “positivo” que los votos en cada resolución contra el régimen de Nicaragua van evolucionando, en algunos casos positivamente con países que antes se abstienían y ahora votan a favor y a la vez, otros que votaban en contra ahora se abstienen.
“Creo que la comunidad internacional, progresivamente, aunque para los nicaragüenses nos parece tardío, se va dando cuenta de las barbaridades que están pasando en el país”, analiza la opositora exiliada.
A referirse a los efectos que tendrá la resolución del organismo internacional, aprobada en la sesión ordinaria del 20 de octubre, valora que deja a la vista que muchos países están expectantes y ya saben que las elecciones en Nicaragua “son ilegítimas”.
MUY CERCA DE LA SUSPENSIÓN DE LA OEA
Sin embargo, según Castillo, en el fuero diplomático no pueden aún declararlas ilegales porque no ha sucedido, “están esperando que pase el 7 de noviembre para emitir sus opiniones y no reconocer los resultados por el grado de ilegitimidad con que se están realizando”.
Asimismo, opinó que en la próxima Asamblea General de la OEA que se realizará en noviembre, esa máxima instancia de toma de decisiones del organismo regional podría resolver “la separación temporal de Nicaragua” invocando el artículo 19 de la Carta Democrática.
“La Asamblea General de la OEA tiene un gran reto para demostrar que la Carta Democrática Interamericana realmente sirve para ponerle freno a las dictaduras. Nosotros aspiramos a que salga una resolución de ilegitimidad del régimen”, señaló la exiliada.
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Por su parte, el sociólogo y también analista político Oscar René Vargas coincide con Castillo en que la resolución de la OEA demuestra que el régimen Ortega-Murillo sigue aislado, pero gozando de la abstención de algunos países, como el caso de Honduras, Bolivia y de San Vicente y las Granadinas, las que hay que interpretarlas “por su cercanía política-ideológica”.
Según Vargas, la abstención de Guatemala y Honduras en la votación de la resolución, demuestran que existen ”lazos subterráneos, posiblemente de inversiones ilícitas como con Honduras. El caso de Guatemala se puede interpretar de querer mantener una neutralidad de cara a la reunión de la Asamblea General de noviembre de 2021”.
PUENTE PARA ORTEGA
El sociólogo opina que el punto 4 del documento aprobado está indicando que la OEA le está dejando “un puente, una escalera, para que el régimen Ortega-Murillo tenga una salida a la crisis actual”, y esa salida podría ser “nuevas elecciones, libres, justas y transparentes”, y por ello, afirma el analista, dejan en la resolución la frase “tan pronto como sea posible” y que esas elecciones sean bajo la observación de la OEA y de otros organismos internacionales.
Además, según Vargas, en el punto 5, la frase “si es necesario”, tiene la intención de mostrar que en caso de no aceptar, “el régimen corre el riesgo de la aplicación de la Carta de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana”.
“La resolución no tiene ninguna acción concreta que haga cambiar de idea al régimen. No podemos olvidar que en la dictadura Ortega-Murillo todo es posible, pero sus estrategias son marcadas ya sea por las aplastantes realidades o por la supervivencia.
LA DICTADURA NO TOMARÁ ACCIONES
Agrega que es de esperarse que el régimen no vaya a tomar ninguna acción en espera de lo que pueda pasar en la 51 Asamblea General de la OEA que se celebrará en Guatemala el 10 de noviembre de 2021. Es decir, tres días después de la farsa electoral del 7 de noviembre”.
El sociólogo recordó que recientemente el Gobierno de Estados Unidos anunció una mayor presión de cara a la Asamblea General de la OEA. “En ese sentido hay interpretar las declaraciones de Juan González (encargado de Asuntos de Seguridad para el Hemisferio Occidental) quien consideró que lo más importante es que haya una respuesta contundente de la comunidad internacional para que cualquier actor antidemocrático, y en particular Nicaragua, sea marginado como debería. Eso es más efectivo que las sanciones unilaterales”.
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“Yo sigo considerando que Ortega ya tiene contemplado estas declaraciones y no le importa que le apliquen la Carta Demográfica porque no está dispuesto ni a dar elecciones libres, mucho menos perder el poder. Él va con todo. Sigue en la línea de ‘El Poder o la Muerte’”., sentencia en analista exiliado
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