La titular del Cenidh, organismo al que la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista y a petición del Gobierno del presidente Daniel Ortega, canceló su personalidad jurídica, no descartó que pueda ser arrestada en cualquier momento, en especial si intenta salir de su país.
"Me siento presa dentro de Nicaragua", aseguró en entrevista con Efe la veterana defensora de los derechos humanos, Vilma Núñez, con ocasión de la conmemoración este lunes del Día Internacional de las Defensoras de los DD.HH.
"Yo, sinceramente, me siento presa dentro de Nicaragua, pero no le voy a facilitar al Gobierno que se dé el gusto de silenciar esta voz que todavía queda dentro de Nicaragua", dijo Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), en entrevista virtual, en audio, por razones de seguridad.
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La titular del Cenidh, organismo al que la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista y a petición del Gobierno del presidente Daniel Ortega, canceló su personalidad jurídica, no descartó que pueda ser arrestada en cualquier momento, en especial si intenta salir de su país.
Para Núñez, Premio Derechos Humanos Internacional 2021 de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE), las mujeres defensoras de derechos humanos corren mayor riesgo que los hombres "por su condición de mujer".
"El riesgo es mayor en todos los espacios, por esa discriminación, esa exclusión, el machismo impuesto por el sistema patriarcal, condicionan el actuar, te pone más obstáculos, te impone más retos", explicó.
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La violencia de género "es una de las lacras más fuertes que existe en la humanidad", continuó Núñez, quien sufrió ese tipo de acciones desde pequeña por ser hija fuera de matrimonio en un pueblo conservador del centro de Nicaragua, aunque no lo notó hasta que se dedicó a defender los derechos de las personas.
Defender Derechos en un "país autoritario"
"La defensa de los derechos humanos está determinada por el contexto. No es lo mismo defender los derechos humanos en un país democrático, que en un país autoritario o una dictadura, como la que tenemos (en Nicaragua), es mucho más difícil", indicó.
"Y no es lo mismo hacerlo en una ciudad donde tenés acceso a los tribunales, a los medios de comunicación, que en el campo, donde no hay ante quién denunciar. Eso te expone más", agregó.
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Por esta razón, Núñez, quien anotó que la diferencia entre un defensor de los derechos humanos y un político es que los primeros no aspiran al poder, considera como defensoras de los derechos humanos a las 14 mujeres "presas políticas" de Nicaragua, incluyendo a la exguerrillera Dora María Téllez y varias dirigentes opositoras.
"Para mí las presas políticas son defensoras todas de derechos humanos, aunque no tengan el título", apuntó.
Entre las mujeres privadas de libertad y acusadas por "traición a la patria" y otros delitos se encuentra la defensora de derechos humanos María Oviedo, así como la independiente Cristiana Chamorro, y las dirigentes opositoras Violeta Granera, Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila y Suyen Barahona, entre otras.
Núñez, una sobreviviente de la llamada "Masacre del 23 de julio" de 1959 en la que la extinta Guardia Nacional mató a cuatro estudiantes universitarios durante una protesta antigubernamental, señaló que vivir y denunciar son ahora los mayores retos de la defensa de los derechos humanos en Nicaragua.
"Aquí en Nicaragua el reto principal es seguir viviendo, y que no nos quiten la voz. El régimen no nos ha logrado callar", subrayó.
En la acera de enfrente del poder
Núñez dijo que defender los derechos humanos "es una cosa bien difícil, es prácticamente estar en la acera de enfrente del poder".
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"Hay que asumir el riesgo que significa, somos opositores, pero no opositores políticos, sino opositores porque los Gobiernos son los principales violadores de los derechos humanos", puntualizó.
Pero los problemas de defender los derechos humanos no siempre provienen de los gobiernos, según indicó.
Núñez celebró que la lucha por los derechos humanos en Nicaragua ha encontrado respaldo en organizaciones dirigidas por mujeres, como la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), a cargo de Michelle Bachelet, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), todavía bajo la presidencia de Antonia Urrejola,
La defensora insistió en que en Nicaragua "el principal reto es buscar cómo generar las condiciones para que la dictadura termine y se pueda impulsar el cambio y la vigencia de los derechos humanos".
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